Es hora de hablar de transparencia salarial 💸
Según Inc y LinkedIn, 2022 es el año para cerrar brechas salariales
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Los periodistas siempre estamos hablando de transparencia salarial y rendición de cuentas. Queremos saber cuánto ganan los funcionarios públicos, los políticos, los CEO’s. Parte de nuestro trabajo es hacer accesible la información que pueda ser de interés. Pero el discurso cambia cuando se trata de hacer transparente nuestro salario. Cuando nos toca hablar a nosotros de lo que nos pagan o cuánto pagamos, la transparencia ya no suena tan bien.
Las razones son varias; entre las más populares están que no se quiere generar envidia con los compañeros, el miedo a que te roben o que te enseñaron que eso no se pregunta. Ahora que vivo en en Nueva York, he participado en numerosas pláticas, conferencias y talleres sobre la importancia de tener una cultura de transparencia salarial. Aquí también es un tema difícil de hablar con respuestas similares tipo “yo no fui criadx de esa manera” o “la cultura laboral de mi trabajo nunca lo permitiría”.
De todo eso una cosa es cierta: mientras menos se discuta, menos justicia salarial habrá. Porque mientras menos claridad haya sobre la cultura salarial de un lugar, más se benefician los jefes tacaños y/o los que ya ganan más (a.k.a. el club de toby).
Algo que he aprendido en estas pláticas es que la cultura de la transparencia no significa que gritemos por la calle cuánto ganamos al mes; más bien es una cultura que puede tomar muchas formas . Así lo explica Emma Carew Grovum, con quien tuve la oportunidad de hablar rápidamente, pero para que quede más claro, traduzco parte de su columna Todos pueden ayudar a cerrar la brecha salarial para los periodistas de color que escribió para Sincerely, Leaders of Color.
Emma dice que la transparencia salarial podría verse de distintas formas en varios roles y organizaciones. Estos son algunos ejemplos de lo que se puede hacer:
Publicar la filosofía salarial de tu organización, explicando cómo se piensa y cómo se calcula las compensaciones de los empleados.
Publicar un análisis de lo que gana tu equipo, desglosando la media salarial por género, raza y entre departamentos.
Incluir el salario mínimo o el rango salarial en las ofertas de trabajo que abras.
Emma trabaja dando consultoría a medios en Estados Unidos sobre diversidad, equidad, inclusión y pertenencia (DEIB, por sus siglas en inglés) y sabe que tocar el tema no es fácil, pero siempre explica por qué es necesario. Dice que no importa qué tipo de función desempeñes o qué tipo de influencia tengas, se puede marcar la diferencia participando en alguna forma de transparencia salarial.
Por ejemplo, algo sencillo como poner un tuit de cuánto ganabas en un rol al momento de irte y que se abra la vacante. Así los que aplican pueden saber cuánto es lo justo que deben pedir. Este tuit de Victoria Walker, ex reportera de The Points Guy, se hizo muy popular acá. Parte de lo que me gustó de su columna es que explica que alejarse de las culturas tóxicas y las prácticas de contratación excluyentes siempre es incómodo pero no lo podemos retrasar más.
Yo añadiría que si puedes dar consejos a tu círculo cercano sobre cómo negociaste un trabajo o de cuánto ganabas en un puesto anterior, trates de hacerlo. Así sea en privado, el apoyo de alguien es crucial para que otro busque un salario más justo.
En Estados Unidos se ha hablado más sobre cómo históricamente hay grupos de personas que han sido mal pagadas (personas de color: cualquiera que no sea “blanco”), por lo que Emma finaliza diciendo que si está en tu poder ofrecer un salario justo, lo hagas. En el proceso de búsqueda de trabajo persisten muchos elementos que son obsoletos o que solo favorecen a aquellos que ya tienen cierto privilegio (por ejemplo, haber estudiado en una Ivy League, conocer a cierta gente), por lo que no siempre es justo hacer el mismo proceso con todos.
Y la brecha salarial entre hombres y mujeres se sigue haciendo más grande. Según el IMCO, en México una mujer gana 86 pesos por cada 100 que gana un hombre. Mientras que en EE. UU. las mujeres blancas ganan en promedio el 79 % de lo que ganan los hombres blancos, las mujeres negras ganan el 63 % de lo que ganan los hombres blancos, las mujeres nativas americanas el 57 % y las mujeres latinas el 54 %(😩), según un informe de 2018 de la Asociación Americana de Mujeres Universitarias.
Finalmente, si tomas decisiones dentro de tu equipo, empuja para que exista una filosofía salarial que describa claramente cómo se calculan los salarios, los aumentos, los bonos y las vacaciones. Y si eso lo ves muy lejos, comienza con algo sencillo, por ejemplo, hacer pública una vacante con una descripción del trabajo, las labores y cuál es el rango salarial. La verdad es lo mínimo que debemos tener.
Cada cultura es distinta y la intención no es copiar y pegar estrategias en distintos contextos. Pero para hallar cualquier solución, tenemos que hablar sobre el problema, no hay de otra. Si has encontrado alguna forma de platicar de esto con tus amigos o colaboradores más cercanos y quieres compartir, por favor cuéntame cómo lo lograste.
Yo actualmente trabajo en AP, que tiene una política de salario dependiendo a tu experiencia y posición. Es pública y la puedes checar aquí. Cuando me hicieron una oferta, lo consulte con mentoras, amigues y conocidos con experiencia en el mercado gringo que me enseñaron a negociar la propuesta. Todos los días agradezco esa apertura de poder preguntar y comentar experiencias.
Por último, si no estás preparado para compartir tu salario con nombre y apellido, hace unos meses traduje y contextualicé un poco esta tabla sobre salarios reales de periodistas, de la que ya existía en Estados Unidos. Es completamente anónima y te puede dar una idea de si tu sueldo está en el rango de la industria.
Saber es poder.
Si les interesa que después haga un texto sobre cómo conseguí trabajo en periodismo en Nueva York, échenme un tuit a @natsinats_
🖋️ Biden firma histórica ley de clima. Estados Unidos acaba de pasar la Inflation Reduction Act (el nombre 🙄) que aprueba $370.000 millones para la lucha contra el cambio climático (entre otras cosas más). Es la inversión más grande que ha hecho en su historia y esto tendrá efecto más allá de sus fronteras. Con este dinero se darán incentivos en impuestos para transitar a energías renovables y gracias a esto se estima que se reducirán las emisiones de carbono en 40% para 2030. Algo bueno para cada ser viviente en el planeta. Hay que decir que EE. UU. es el país que más contamina en el mundo y esta ley no es suficiente, pero es un avance significativo. También se espera que este impulso reduzca los costos de los renovables globalmente – un cambio que necesitamos urgentemente. (Seth Borenstein / Associated Press)
♨️ Cómo las olas de calor afectan la salud mental. En muchas partes del mundo se experimentaron olas de calor durante el verano que pusieron a prueba lo que podemos soportar como seres humanos. Mas allá de la obviedad de que es incómodo estar bajo tanto calor, tiene efectos en todo el espectro de la salud mental. Estudios han encontrado una relación con el aumento de la temperatura y condiciones de fatiga mental, agresión e incluso tasas más altas de suicidio. Tanto calor tampoco nos deja dormir bien y se sabe bien que la falta de sueño está estrechamente relacionada con un peor estado de salud mental. También desata la ansiedad climática por los incendios forestales u otros desastres naturales que trae consigo el cambio climático. Este calor no es un juego, amiguitos. (Hannah Seo / New York Times - en inglés)
Quería recomendar más formatos pero no me dio tiempo. ¿Qué me recomiendas tú?
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